"SILUETAS Y RETRATOS DE MUJER" - COLECTIVA INAUGURAL (Avenida Saenz Peña. Barranco. Lima)
Francis Picabia, Ed Ruscha, Pablo Picasso, Eija-Liisa Ahtila, Stephan Balkenhol, Antonio Saura, Sandra Gamarra, Sigmar Polke
Nota de prensa
Inicio: 20-11-2013 - Fin: 28-02-2014
Hablar de silueta es hablar, sin saberlo, de retrato, ya que el origen de la palabra se encuentra en Étienne de Silhouette, Ministro de Hacienda de Luis XV de Francia, quien era un gran aficionado a recortar en papel retratos en silueta, práctica que al popularizarse adoptó el apellido del ministro.
En un retrato predomina la representación del rostro y de su expresión, y se pretende captar de forma fiel el parecido de la persona en cuestión, bien en pintura, escultura o fotografía, disciplinas que, desde su origen, han sido utilizadas por artistas de todo el mundo para representar este tipo de obras.
La función varía dependiendo de la persona que se capta, pero podemos decir sin miedo a equivocarnos que el retrato ha sido tradicionalmente un símbolo de preeminencia, estatus, poder y ha simbolizado la intención de inmortalizar el recuerdo de una persona, si bien con el paso del tiempo este uso se ha ampliado (en gran parte con la aparición de la fotografía) hasta una infinidad de registros, desde la mera anécdota hasta la captación efímera del anónimo transeúnte.
Lógicamente, el arte contemporáneo no podía dejar pasar esta larga tradición de la silueta y el retrato, teniendo muchas veces como leit motiv de la obra la figura, anónima o no, de la mujer. En esta muestra intentamos mostrar una cuidada selección de piezas del más alto nivel nunca antes presentadas en Lima.
Sin intención de elaborar aquí un comentario pormenorizado de todas las obras que conforman la exposición, tenemos sin embargo que mencionar algunas piezas clave que articulan la muestra, como por ejemplo las mujeres de Francis Picabia, quien con la sutilidad que le caracteriza, tanto en el trazo como en el color, pone acento en la mujer española, en la delicada figura femenina, en España y sus tradiciones, como también lo hace Ed Ruscha en la pieza que aquí podemos ver, claramente identificable como una "flamenca", pero con ese halo enigmático y la pureza del blanco, en contraste con la tradicional silueta negra. ¿Y qué decir de Pablo Picasso que no se haya dicho ya? Pintó a la mujer de una manera única e irrepetible, que aquí vemos casi como una silueta, donde el color negro domina la composición y el retrato en perfil (completado por la anciana) ayuda a poner énfasis en este punto. Hablamos de mujeres anónimas, corrientes, como las captadas por Eija-Liisa Ahtila en sus "casting portraits" (donde el blanco y negro resalta a esas personas normales que han sido, sin embargo, aquí inmortalizadas), o los potentes dibujos de Stephan Balkenhol (de trazo sencillo y vigoroso, rotundos casi como esculturas clásicas), pero también de iconos del cine y de la cultura popular, como la Brigitte Bardot que inmortalizó Antonio Saura con su inconfundible estilo de pinceladas sueltas de gran dinamismo y una paleta de colores grises que el espectador retiene en su mirada. Pero no sólo hablamos de grandes figuras históricas del arte contemporáneo, sino que también tenemos un hueco para artistas jóvenes como Sandra Gamarra, quien, por una parte, con una técnica tradicional como la pintura y un lenguaje plenamente figurativo en desuso, realiza una ficción creando su museo imaginario, al cual pertenece esta escultura de una mujer desnuda y, por otra parte, se nos presenta frontalmente, con su familia, dando lugar a un "autorretrato dentro del retrato", que connota una imagen de tan larga tradición.