"FACE TO FACE" - colectiva

Eija-Liisa Ahtila, Pepe Espaliú, Diango Hernández, Robert Mapplethorpe, Bruce Nauman, Thomas Ruff, Ann-Sofi Sidén y Céline Van Balen

Nota de prensa


Inicio: 01-11-2010 - Fin: 01-01-2011

 

pepe cobo y cía se complace en presentar Face to Face, la exposición colectiva formada por obra de Eija-Liisa AhtilaPepe EspaliúDiango HernándezRobert MapplethorpeBruce NaumanThomas RuffAnn-Sofi Sidén, y Céline van Balen, en torno a la idea del retrato, el rostro y la identidad.

Dar la cara, plantar cara: encararse. Todas las expresiones y referencias a la frontalidad del rostro parecen denotar cierta... violencia. Pero violencia, sin embargo, contenida, o mejor: anterior a la violencia. La frontalidad del rostro sugiere más bien algún tipo de desafío.

El desafío de plantarse frente a otro, o incluso frente a lo otro, y reconocerse, o no... o ambas cosas simultáneamente. Este desafío implica además otro: el de definirse como individuo en el mundo. La cara nos habla siempre de una dualidad, ya sea la dualidad yo/otro, o la que representa, por ejemplo, la cara vista y la cara oculta o incluso la cara opuesta o contrapuesta. La obra de Bruce Nauman en general resulta representativa en este aspecto, y la expuesta aquí particularmente.

El careo depende enormemente de la reciprocidad de la mirada. Se puede invalidar una mirada cultural o socialmente; resultaría interesante pensar la obra de Céline van Balen o de Ann-Sofi Sidén en este sentido. También se puede mirar por la espalda, sin ser vistos, como espías o voyeurs, porque la espalda también es una cara: la cruz de la moneda, lo que nosotros no vemos de nosotros mismos, por donde somos vulnerables, pero también, quizás por su naturaleza de cara, lo que nos sirve para rechazar al otro y protegernos, como pone de manifiesto una vez más la obra de Ann-Sofi Sidén o, por motivos diferentes, la obra de Robert Mapplethorpe, donde es la espalda de Nick Marden la que habla en su nombre.

El arte siempre supuso un peligro porque devuelve la mirada, propone un juego, un reto, como un rostro frontal. El arte a veces parece decir, como la esfinge le dijo a Edipo, "adivina o te devoro": de hecho, una de las acepciones de rostro es hocico o boca, y en este sentido nada viene más a cuento que la obra de Diango Hernández Inside the mouth of the panther, que alude directamente al activismo afro-americano en Cuba. La obra de Pepe EspaliúSantos, también se presenta, sin duda, como un desafío mudo: propone una especie de adivinanza edípica.

El arte devuelve la mirada. Propone un enfrentamiento que puede devenir en encuentro. Sin embargo, este encuentro entre dos mundos, el nuestro con el de lo otro, o con el arte, genera una especie de miedo irracional. Por eso hay quienes, ante el desafío de la mirada escrutadora del otro, prefieren protegerse con juegos de espejos como Perseo hizo ante la Gorgona, reflejando la imagen del otro para poder verla sin necesidad de ser visto.

Pero los espejos son traicioneros: en ellos podemos reconocernos o desconocernos. Son estos dos extremos los que podría representar por una parte la obra de Eija-Liisa Ahtila y, por otra, esta especie de “hombre sin atributos” que nos muestra en su fotografía Thomas Ruff. El espejo aquí nos habla del rostro en el sentido de que, como sucede en lo que a caras se refiere, es en su superficialidad donde nos encontramos con lo más profundo del ser.