"QUADRO DI FAMIGLIA" - Gabriele Di Matteo

Nota de prensa


Inicio: 16-12-2009 - Fin: 31-01-2010

 

Podría parecer un homenaje a España pero en realidad es un homenaje a las imágenes de España; ésta es la clave para comprender la nueva obra de Gabriele di Matteo, que surge a partir de un emblema del arte español. Como podemos ver, se trata del célebre cuadro Las Meninas, de Diego Velázquez, realizado en 1656 y originalmente titulado Cuadro de Familia en el inventario del Palacio Real de Madrid.

Gabriele di Matteo colabora con la CPCN: Cooperativa de Pintores Comerciales Napolitanos dirigida por Salvatore Russo. La obra ha sido realizada por los pintores napolitanos, encargados de realizar 25 copias comerciales de esta famosísima obra. Esta estrategia exige de una distinción entre la copia de autor y la copia comercial. La primera no posee un estilo propio y trata de imitar lo más fidedignamente posible el cuadro original del cual se hace la copia. Por otra parte, los artesanos que se ocupan de la realización de la copia clásica no lo hacen vinculados a ningún contexto cultural o geográfico específico. En la pintura comercial, sin embargo, el artesano se presta siempre a la imitación, no de obras concretas, sino de tópicos pictóricos característicos de la zona y su tradición pictórica que originariamente dio lugar a la mencionada corriente comercial. Todo esto va asociado también al tiempo de ejecución mínimo que caracteriza el resultado pictórico.

Quadro di famiglia está compuesto por 25 copias comerciales de la obra maestra de Velázquez a tamaño original (318 x 276 cm). Cada copia está subdividida en 16 partes, produciendo un total de 400 fragmentos. La fascinación utópica reside en el intento de reproducirlas todas de manera mecánicamente idéntica; el artista que repinta estos lienzos sólo puede hacerlo desde su condición humana, siendo consciente, por lo tanto, de la imposibilidad de producir una copia idéntica. Por eso, cada múltiplo es a la vez una obra única. La elección de subdividir la obra en 16 partes se debe a una antigua práctica utilizada tradicionalmente en la pintura: cortar la tela pintada en fragmentos para permitir al comprador quedarse con la parte deseada o para tener más posibilidades de venta. Gabriele di Matteo rescata esta argucia en desuso teniendo en cuenta que su propia obra habla sobre el significado de la copia, el múltiplo y el problema de la autoría. Di Matteo reflexiona sobre el poder y la autonomía de la imagen y sobre la fuerza persuasiva del arte, aún vinculada al mito romántico. En este juego de espejos (un espejo de 400 fragmentos), la obra pintada confronta el lienzo que está siendo pintado y los personajes que desempeñan sus papeles confrontan las muchas figuras que observan al observador.

El espejo velazqueño precede de alguna forma el trabajo de Gabriele di Matteo y el concepto mismo de refiguración.

Todo a 500 Euros.