Nota de prensa

Inicio: 22-06-2005 - Fin: 30-07-2005

 

El tiempo, junto al concepto de espacio, es uno de los grandes leit-motivs de la historia del arte y de la cultura en general.

Scott Fitzgerald aseguró que "toda vida es un proceso de demolición" y por tanto la idea de tiempo equivale a la de destrucción; Marguerite Yourcenar, desde una óptica más halagüeña, habló del tiempo como ese gran escultor.

La Galería Pepe Cobo presenta distintas aproximaciones visuales a la problemática y fenomenología del tiempo realizadas en técnicas harto diferentes (fotografía, escultura, dibujo o instalación) por artistas de distintas latitudes y en un amplio espectro temporal que va desde 1976 a 2003.

De Ann-Sofi Sidén,  se exhiben unas fotografías  digitales procedentes del trabajo realizado entre 2002 y 2003 titulado 3MPH (Horse to Rocket). Se trata de un recorrido por el paisaje natural y humano de Texas en el que la artista sueca se encontró con lo inesperado, con la experiencia del azar durante 25 largos días.

Zoe Leonard confronta mediante un ojo fotográfico documentalista pero dotado de sentimiento, el aherrojamiento y la constricción física de los árboles (símbolos de vida, de crecimiento, de tiempo) en el ámbito urbano mediante vallas y otros elementos metálicos.

Pepe Espaliú, notable constructor de piezas que suponen una reflexión sobre la decadencia del cuerpo, concibió en 1989 To an unknown God, una obra  de reminiscencias lorquianas, compuesta de  una suerte de fregasuelos de bronce que aluden a la necesidad de limpiar, de sanear. Estas esculturas van acompañadas de tres dibujos de paisajes acuosos, soñados, relativos al transcurrir de la vida. Unos dibujos que se ven cortados por unas líneas verticales que remiten a las figuras de bronce.

Bruce Nauman, un artista multimedia, que ha hecho de sus trabajos en vídeo una experimentación sobre el tiempo, el espacio y la mirada, ofrece la propuesta conceptualista que lleva por título Use me, un dibujo sobre papel, 1987, además de la pieza Untitled (Crossbeams), 1983 – 1986.

Finalmente, Gina Pane, una artista esencial para comprender los retos a que se puede llegar a someter el  propio cuerpo hizo en 1976 Io mescolo tutto, (Lo mezclo todo) en el Museo de arte moderno de Bolonia. En la acción inscribió en su piel un triángulo que se refería a su sexo, una afirmación asaz atrevida en esos años. Así, al dibujar en la arena el mismo símbolo triangular, comparaba la esencia permanente de la marca en el cuerpo con la provisional de la naturaleza.

En todos estos artistas, de largo alcance y calado, el tiempo se convierte en una noción inquietante, que hace mella en el sujeto, dejando grietas y sentimientos abiertos.